Llega la madrugada, con ella mis demonios,
Quieren enamorar hadas, quieren cautivar, melosos,
Cariñosos enredando pensamientos,
Cautelosos, cuidando de esos te quieros
Que lanzas al aire, tan lejos,
Que llegan a mi corazón, y dan de lleno
Como en una diana, ganas el juego.
Distancia entre nuestros brazos, yo te acuno aún así en mi
regazo,
Lágrimas nublan mi vista, dolor, amor, ternura,
Para todo hay cabida, soy un corazón sin fondo,
No hay doblez, no hay aristas.
Sinceridad pura que se entrega en cada visita…
Habitas en mi mente, enraizaste en mi interior,
No conseguiré jamás echarte
Por mucho dolor que inflijas a este tierno corazón.
Kamikace si quieres llamarme,
Te amo puramente, no es sano tal libertinaje.
Llevo las leyes del amor a mi manera,
Juego limpio mi batalla, amar para mi no es condena.
Bendito el día que topé contigo,
Ojalá antes, ojalá siempre, ojalá… Suspiro.
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