Folios arrugados esparcidos por el suelo de mi habitación.
La lírica hoy se atasca en la punta del bolígrafo, se niega a abandonar mi mente.
Versos danzan en mi cabeza, se acumulan.
Patrones a medias esparcidos por el suelo de mi habitación.
Rítmicas cadencias en mis oídos,
de fondo, la plancha resopla al acariciar los cuellos de una camisa.
Amor prohibido entre electrodoméstico y prenda.
La tarde pesa. Caen las luces y quedo a oscuras.
La oscuridad no me abraza como de costumbre.
Mece en mi interior los versos,
impidiéndome atraparlos entre barrotes de tinta,
se pierden entre mis pensamientos.
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