No profesora, no he traído la tarea. Mi perro... Déjeme hablar, hombre. Decía, que mi perro vino asustado a mis brazos, arrugó mis apuntes, pero no pude negarle mi cariño en un momento de debilidad. Él está ahí siempre para mi. Se lo debo. No profesora, no hice mis deberes. Cumplí mi tarea. La tarea de ser buena ama.
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