Mis suspiros están justificados. Debo respirar hondo. Conseguir aire suficiente para ambos. Si te hundes, bajar al mismísimo océano y respirar por ti. No pienso permitir que te ahogues. Ni en el fondo del mar de tus lágrimas, ni en la superficie a manos de tsunamis salados.
No me puedo permitir perderte...
miércoles, 26 de junio de 2013
#Microcuento
lunes, 24 de junio de 2013
#Microcuento
No profesora, no he traído la tarea. Mi perro... Déjeme hablar, hombre. Decía, que mi perro vino asustado a mis brazos, arrugó mis apuntes, pero no pude negarle mi cariño en un momento de debilidad. Él está ahí siempre para mi. Se lo debo. No profesora, no hice mis deberes. Cumplí mi tarea. La tarea de ser buena ama.
Tacones rojos
jueves, 20 de junio de 2013
12ª Jam en #DiablosAzules
Sé reconocer una despedida cuando la tengo delante.
Voy a echar de menos la rutina, nuestra rutina de médicos, pruebas, más pruebas, más médicos... Por increíble que parezca, sí, también voy a echar de menos a las enfermeras que le tiraban los tejos a mi novio moribundo. Voy a extrañar al médico consumido por la desgracia ajena, que nos recibía a diario intentando ofrecer la mejor de sus sonrisas.
Voy a echar de menos las noches en observación, en las que desconectábamos la maquinita esa tan pesada del "Pi...Pi...Pi...", para que no nos delatase mientras hacíamos el amor enloquecidamente sobre la camilla del hospital. Voy a echarte de menos, mi vida... Tú, que nos mantuviste a flote a ambos, desde el primer momento. Aquel primer momento fatal en el que con los papeles de tu diagnóstico delante, confesamos al equipo médico la imposibilidad de costear tu tratamiento. Aquel momento, en el que me deshacía en lágrimas, tú me abarcabas entera con tus brazos y me susurrabas con calma que, "en ese caso, brindaré con mi sonrisa por mis últimos días, porque tú estás en ellos, mi amor". Y yo, lejos de encontrar consuelo, no podía hacer otra cosa que llorar más fuerte.
Y aquí, sentada en el borde de la camilla en la que tantas noches nos amamos, sostengo su mano inerte mientras veo cómo el alma le desaparece de la mirada, dejando en su lugar una débil sonrisa. La sonrisa que dejan los cadáveres al irse sabiendo, que han sido felices.
martes, 18 de junio de 2013
#Microcuento
-Agente, no lo entiendo... Hasta el chico de los recados sabe que los cadáveres no sonríen, ¿por qué este sí?
-Verás hijo, hay quien ha sido tan feliz en vida, que arrastra las sonrisas consigo, hasta los mismísimos brazos de la Muerte.
sábado, 15 de junio de 2013
Será mejor que te marches
"Será mejor que te marches.."
Y sin mediar palabra, comencé a caminar. Me pasé la cinta de la mochila bandolera por la cabeza, y apreté el paso. Quería huir de su silencio, de él, de todo... Quería hundirme en la tierra, rebosar los mares con mis lágrimas...
Apenas había dado una docena de pasos, cuando algo tiró de mí. Me frené en seco. Volví la vista atrás, y lo miré; sentado en aquel banco, derrotado y abatido. Algo me empujaba a retroceder. A romper el silencio. Algo me decía, que irme sólo empeoraría las cosas. No cuestioné a la voz que me gritaba desde dentro "¡RETROCEDE, IDIOTA!" Simplemente deshice lo andado.
Apoyaba la frente contra el mástil de la guitarra que nos acompañó aquel día. Se le veía tan vulnerable... No quería guerra, ni gritos, ni finales. Sólo quería estar allí, hablar, convencerle, convencerme, de que no podía acabar así. De que merecía, merecíamos la pena. Sólo quería susurrarle que "rendirse nunca fue una opción".
No me oyó llegar. Me quedé frente a él hasta que levantó la mirada.
"No me voy a ir a ninguna parte. No sin ti".
viernes, 7 de junio de 2013
11ª Jam en #DiablosAzules ((Relato ganador))
Y aquí estoy. Sentada. Con la mente en otra parte, pensando en estos últimos días, en mis ojos enrojecidos ocupando todo el espejo del baño, en el espejo del baño hecho añicos, en mi mano temblorosa, tentativa, cerrando los dedos en torno a uno de esos desiguales fragmentos, cortándome la palma de la mano por miedo a lo que habrá después de cortarme las venas. Aquí estoy. Borracha de pena...
No tengo miedo. Ya no. Me da igual lo desconocido. Me da todo igual. Hasta ellos. Hasta yo misma. Todo.
Y de la nada brota un instante de lucidez, en medio de esta vorágine de locura que me envenena por dentro. "Valeria", me dice una voz calma desde el interior de mi cabeza. "Valeria, piénsalo... Hay fronteras, que es preferible no atreverse a cruzar. Valeria, ¡REACCIONA, joder!".
Demasiado tarde. Ya no tengo miedo. Esta vida es mucho más terrorífica que cualquier cosa que pueda esperarme al otro lado de este alfeizar...
lunes, 3 de junio de 2013
Espinas
Pero es un secreto. Ella es mi secreto. Prohibido. Vive en mis recuerdos. En mi memoria. En las caricias que me acunaban con ternura antes de irme a dormir. Vive en esas palabras que como espinas, llevo clavadas muy dentro.
Antes luchaba por deshacerme de su recuerdo. Ahora, necesito más que nunca hacerlo mío. Y espero que siempre, al menos una pequeña parte, sea mia.