Os sitúo; céntrico piso de Madrid. Patio de luces chapado a la antigua. Dos pisos y tres casas por rellano. Sin ascensor.
Madre mía como me pesan las piernas... Ni que hubiera corrido una maratón... Sólo por subir las escaleras... A ver cómo me mantengo a su ritmo. Su delicioso ritmo.
Es lo que tiene follar por la mañana, ¿sabéis? La pereza no suele ser un obstáculo, pero casi que a la próxima (sí, estoy seguro de que hay próxima, y réplica de ésta). Lo que iba diciendo, a la próxima la voy a proponer el trastero como escenario. Joder, sólo hay que bajar escaleras... "Va Cari, que los cuartos subterráneos, húmedos y mugrientos tienen su morbo.." Lo más probable es que no cuele, pero por intentarlo... Y ella es aún más perezosa que yo, eh. Tanto, que vive en el portal de en frente, y el idiota que se desplaza soy yo... No me llaméis calzonazos, lo hago sólo porque sus polvos son mágicos (y eternos), como ella... Porque me encanta desayunarme sus galletas integrales en la cama, y vengarme de su pereza dejándosela llena de migas.
Espera, que me he perdido, ¿he dicho ya eso de que sus polvos son mágicos y eternos? Creo que sí. Carlos majo, háztelo mirar que ya desvarías... Es ella, que me perturba...
Ya estoy, toco el timbre y se oyen al menos 3 cerraduras abriéndose. Ella, toda para mi. Sólo por tenerla así, despeinada y recién despierta merece la pena madrugar cada mañana.
"Hola corazón. Llevas la camiseta del revés... Anda, tira pa' dentro..."
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