Una parte de mi se ha quedado anclada en aquél banco. Un diminuto espectro, eco de lo que soy sigue allí sentado, bajo un manto de hojas marchitas.
Vé pasar la gente, los días, los meses... Se pregunta si volveremos a buscarlo. Tiene frío y está sólo. Vive del recuerdo de unas horas, aferrándose a las palabras que aún hoy siguen suspendidas en el aire.
Quedó atrapado en la letanía de ese mantra que se repite en mi mente una, y otra, y otra vez... "Somos siempre este instante" dijiste, y una parte de mí siempre permanecerá anclada al ajado banco en el que una tarde de octubre, por increíble que parezca, fui feliz.
Qué bueno...
ResponderEliminar:) me alegra que te guste
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