Lo que escribimos es lo único que quedará de nosotros.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Olvídame
Cada lágrima que derrame, será un demonio menos envenenándome por dentro. Demasiado tiempo me ha llevado darme cuenta, de que los hilos los manejas tú. Y qué horror no poder cortarlos. Me haces creer que sí. Que soy libre para decidir. Pero tus ojos hablan solos. Y los míos obedecen. Lo odio. Te odio. Mucho y muy fuerte. No puedo hacer nada. Gritar, tal vez... Rebelarme de nada sirve, pues me enredo yo sola en la maraña que has ido hilando a mi alrededor con el paso del tiempo. Olvidar... Tampoco. Olvidar es sinónimo de curarse, y esta herida está lejos de cicatrizar. Aún supura tu nombre si me descuido. Aún sangra el amor que evaporamos en tardes calurosas de un verano que terminó en Julio. Aún te recuerdo. Aún tienes poder sobre mí. Aún te quiero. Pero yo no lo sé. Ni quiero saberlo. Ni debo. Ni debes. Olvídame. Tal vez entonces yo pueda. Tal vez entonces me libere de tu yugo...
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