Si alguien por casualidad, asomara la cabeza por la ventana a eso de, digamos... Las dos de la madrugada, y descubriera a su vecina acurrucada sobre su tejado, estoy segura, de que ese alguien se alarmaría y a partir de entonces a sus ojos, su vecina sería una loca.
Yo no estoy loca. Pero si te asomaras por la ventana, y miraras con atención, me verías en algún tejado. Escribiendo lo que ahora tú lees...
¿Que por qué a estas horas? ¿Que por qué en el tejado? ... Porque la Luna espera a que todos duerman, para susurrarme palabras de consuelo mientras le lloro en silencio... No debe oírnos nadie. Sólo los grillos le hacen los coros a mi llanto. Sólo los gatos se atreven a cantarle al cielo sus correrías de la jornada. Sólo los lobos comparten mi anhelo y mi nostalgia. Sólo la Noche me entiende.
No estoy loca. Estoy en el tejado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario