La soledad de esta casa se siente en el aire. Se queda frío. Estático. Tan huérfano de vida, como atestado de recuerdos. Están por todas partes... Fotogramas mudos, o retazos de conversaciones sin imagen. Y es una putada... Yo, que quería huir de todo, me veo enjaulada en esta celda de nostalgia...
Mis días son eternos. Copias unos de otros. Sin apenas variación... Monotonía.
Querría leer, pero las letras danzan ante mis ojos y es imposible. La televisión aburre. Y escribir... Escribir duele. Si pudiera desear algo, volvería a la ciudad cuyo nombre resuena en mi cabeza las 24 horas del día...
¿Que por qué? Sencillo. Porque allí las calles no me escupen miradas de odio, sólo tal vez indiferencia. Porque allí mi historia y yo encajamos a la perfección. Porque mi vida rima con Madrid...
Madrid te extraña.
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