Aquí, ante mi, enormes y frías estructuras de hormigón,
a mi alrededor, ancianas edades, almas en formol.
Jóvenes espíritus estudiosos
en busca de calma y calor.
Sueños apresados en papel,
carraspeos sin objetivo,
miradas furtivas a lo que hay entre mis manos;
un libro.
Ángel González y sus delirios de poeta,
Ángel González y sus "poemas saeta"
que te atraviesan el alma,
hacen jirones tu calma,
instan a pensar a veces,
a veces inquietan.
Otras acarician tus oídos,
fiestas verbales sin sentido,
guateques y malabares cuando al fin puedes decir:
"¡lo he entendido!"
El calor que ofrecen estas paredes
no lo hallarás en ningún otro lugar,
la frialdad de esta gente tampoco, la verdad.
Pero, ¿qué más da?
Yo estoy a lo mío,
llenando de poemas, rimas y tonterías
éste cuaderno vacío.
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