Es la súplica al salir de casa. No el típico y acostumbrado "no la líes", o su variante "a ver lo que hacemos por ahí..". No. No es nada de eso... Es "ten cuidado por favor". Una frase tan corta que se me ha clavado en el alma... Sé que se preocupa por mi, bueno, se preocupa de aquellas situaciones que puedan dañarme... Pero esa frase tan simple, con esa cadencia característica de alguien que pretende dormir, pero ha quedado pegado a la realidad, ese "ten cuidado por favor" es una muestra REAL de preocupación, de real interés por mi salud o mi bienestar emocional. Preocupación por mi, y no por mis andanzas.
Así debería ser siempre... Así, como yo le quiero. Así, como le querría cualquiera. Así, y no borde, agrio y ofensivo como es últimamente...
Me emociono escribiendo estas líneas, porque mi memoria ha decidido por voluntad propia remontarse a aquél verano... A aquél primer verano juntos... Qué duro fue para él... Cuánto maduré yo entonces...
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