Lo que escribimos es lo único que quedará de nosotros.

lunes, 11 de agosto de 2014

No soy. No existo.

Un puñado de niños juega despreocupados en una plaza. Mi presencia no altera su juego. Para ellos sólo soy algo que no existe. Un ser etéreo. Intangible. Me ven apenas un instante. Y después... Después dejo de estar ahí. Una breve aparición. Me pasa con todo el Mundo aquí, en esta tierra de nadie. Este no es mi sitio, así que realmente y a ojos de la gente yo no soy. No existo.
A veces está bien ser invisible; nadie repara en mí más de dos segundos, y puedo estudiar todo a mi alrededor sin ser perturbada. Pero otras... deseo más que nada ser de aquí... Pero eso es imposible. Mi corazón está lejos. Muy lejos. Por eso mi imagen es borrosa, inconstante. Estoy, y no estoy al mismo tiempo. Sólo cuando mi ajado corazón y yo nos reunimos, soy yo del todo. Plena. Completa. Visible. Radiante. Hasta entonces... Seguiré vagando. Como un fantasma...





2 comentarios:

  1. Es bonito como escribes ,aunque triste ,me gusta

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  2. muy triste, mucho.... espero que tus vivencias personales no lo sean tanto...

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