IX
Vengo a llorarte. Sí, como lo lees. Quiero llorar todo lo que he contenido estos meses. y...como no quiero que nadie me vea, pido asilo entre tus brazos. Tápame bien, ¿eh? Nadie tiene por qué saber de esto. No quiero preocupar... Tú a veces me interrogas. Pero es relativamente fácil eludir preguntas para las que no tengo respuesta. Contigo al menos, no hay presiones.
Más que tus brazos, echo de menos los paseos sin rumbo mientras desnudábamos Madrid. Para acabar siempre, cada miércoles, en los mismos locales. ¿Recuerdas aquel día en el que mi rabia se desbocó? Nadie pudo hacer nada, salvo tú, claro... A veces me gusta creer que lo sabes todo. O al menos cuanto yo necesito.
No he sido la única en notar tu ausencia esa semana que huíste a perseguir sirenas por el Mediterráneo. Te hemos necesitado por aquí.
Es 2 de Octubre, cerca de las 3 de la madrugada. Tú duermes. yo... escucho al silencio gritar. En mi cama se bate una ensangrentada lucha por el poder; Nostalgia y Desazón vs Fuerza y Resistencia. Si consigo dormirme, firmarán la paz hasta mañana...
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