Lo que escribimos es lo único que quedará de nosotros.

martes, 26 de febrero de 2013

MÚSICA


¿Qué es la música? Creemos saberlo. Creemos haberla inventado nosotros. Nos creemos sus dueños sólo por atrapar las notas entre las líneas de un pentagrama.

La música no se somete, la música es libertad. Es la libertad del viento silbando al pasar entre las hojas de los árboles. Es el aullido del lobo, que perdido en la Sierra anhela la compañía de su manada. La música es el estallido de las gotas de lluvia al precipitar contra el asfalto. La música también es el golpeteo de las teclas de mi ordenador, y del tuyo, y de ése que no se da por aludido…

Habita en cada uno de nosotros, nuestros corazones sólo al bombear sangre crean un ritmo.

Las palabras también están impregnadas de melodía, un “te quiero” sincero, un “adiós” desgarrador, “esperanza”, “ilusión”, “desengaño”, “mentira”…
Los sollozos de un perro abandonado por su dueño, el llanto de una joven despechada.
Los quejidos de un cuerpo anciano también son música, acordes centenarios fruto de la madre naturaleza.
El roce entre dos cuerpos jóvenes que se aman…
El llanto de un recién nacido. Los aspavientos de aquél que se percata de su fin.
Los portazos durante una discusión. El roce de las telas en un abrazo que firma la reconciliación.

Música es lo que reverbera en mis labios cuando la angustia desborda mis ojos. Es eso que se arrastra por mi garganta, anhelando salir buscando espacio en el que expandirse, en el que ser escuchada.
Música son unos dedos rudos y regordetes acariciando con la suavidad de una mariposa los acordes de una guitarra, arrancándole a un indómito instrumento las cadencias más suaves jamás imaginadas.

La letra de una canción es la traducción del artista de su dolor, su desazón o su dicha. Es la vía de escape de muchos, la evasión de tantos, el alivio de la mayoría… La música, lo es TODO. Y para ti, ¿qué es la música? 

2 comentarios:

  1. Tienes razón, música es todo lo que silencian las palabras.
    Todo aquello que habla la piel cuando los labios permanecen quietos y los pasos se apresuran.
    Es el metrónomo roto que se acelera sin control cuando los ojos se posan sobre los suyos. Pulso.
    Pulso cada tecla del piano de la vida, que me pierde en sus arpegios y en sus melodías...

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