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jueves, 15 de noviembre de 2012

ÁNIMO (contra la pobreza)

¿Cómo hemos podido llegar a estos extremos? Antes, bajo los puentes había jóvenes haciendo botellón. Hoy hay familias enteras sin más que el aire que les rodea para llevarse a la  boca.
Salir a la calle es el llanto asegurado. Ver la precariedad de tantos... Me destroza las entrañas.
Es verdaderamente desgarrador ver sus caras, suplicándote los céntimos que a ti te han sobrado de comprar el pan. Los céntimos que llamamos "calderilla" y que se quedarán olvidados en el fondo de nuestros bolsillos. Céntimos señores, ¡céntimos! No grandes fortunas, ¡¡céntimos!! ... Y la amabilidad con que lo reciben, la educación con la que te lo agradecen, el alivio en sus rostros al saber que hoy podrán manchar sus dientes con un pedazo de pan.. Bajo la cortina del alivio, la certeza de que el estómago se vaciará de nuevo, rugirá pidiendo ser llenado, volverá el dolor del hambre, la desesperación de ver a sus hijos morirse a cada día que pasa... Esto no es lo peor, no, qué va, ni mucho menos. Lo peor es ver cómo hay gente aún ajena a todo esto. A todos nos da mucha penita ver desfavorecidos en nuestra tele de plasma desde la comodidad de nuestro sofá, ¿verdad? Es muy fácil cambiar de canal y olvidar sus rostros, muy fácil. Para algunos todo es muy fácil. Para la mayoría no tanto. No es nada fácil salir a la calle y ver jóvenes de mi edad con el suelo como colchón, y el cielo a modo de techo. Es inhumano si vuelves la cara sin sentir lástima de ellos... Pues te diré una cosa, un día puedes ser tú el que acabe en la calle. Puedes ser tú el que no pueda dormir bajo la protección de un puente porque los gemidos de tus hijos hambrientos te lo impidan. Yo no le deseo el mal a nadie, pero me gustaría ver a algunos lejos de su querida franja de comodidad. Piensa un poco, sólo un poco en lo que esas personas pasan a diario. No vas a cambiar su desgracia con unos céntimos, pero al menos no los trates como a basura.

Ver el desastre que nos rodea, volver a casa, e intentar apreciar un poco más lo que tenemos... A la clase media-baja no nos sobra nada, gracias al esfuerzo tampoco nos falta, pero estamos más cerca de esas personas que lo han perdido todo, les sentimos más que aquellos que pueden permitirse el lujo de malgastar su dinero en bienes materiales innecesarios. Ricachones insensibles es lo que son... De verdad, creo que deberíamos ser algo más empáticos, ponernos en su lugar... Si no pasamos por ello dificilmente sabremos lo que es estar en su situación, pero al menos compadecerlos, aportar un mínimo de humanidad a su desolación.. No sé... Tal vez me pueden las emociones, pero es así, no soy de piedra, y esta gente me llega al alma...

Quisiera dedicar estas letras a todos aquellos que han perdido cuanto poseían, a todos aquellos que lo perderán, a los que no lo han perdido, pero que como yo sienten como suyo el dolor del prójimo... A todos ellos, ánimo.. Ánimo y calor desde un corazón dulce y dolido...

http://www.youtube.com/watch?v=FXDwQNgZySo



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