¿A eso he quedado relegada? ¿A doblarles las toallas y los calcetines? ¿Es a cuanto aspiro? ¿A un currículum vacío? Os engañáis todos, mi mano no es maestra, es un fracaso...
¿Qué valgo? ¿Qué le puedo ofrecer yo al mercado laboral? Respondo por ti; nada. Con mi edad, 17, mi padre llevaba un fusil a la espalda y aspiraba a ser alto mando del ejército. A la misma edad, 17, mi madre había encarrilado sus estudios para ser ingeniero. Lo consiguieron. ¿Y yo? ¿Yo qué hago a tan sólo 7 meses de la mayoría de edad? Yo sólo lleno folios de palabras inútiles, palabras que con suerte llegarán a quedar colgadas en la enorme red que es Internet, se perderán en su inmensidad, como muchas otras, para ser eternamente ignoradas...
Eso es cuanto sé hacer, que visto de forma práctica, no es nada... Si el día de mañana tuviera que procurarme por mis medios techo y alimento, acabaría bajo un puente y muerta de hambre...
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