A veces
pierdo el rumbo de mi existencia. Me planteo dilemas tales cómo, ¿qué hago
aquí? ¿Quién soy realmtente? ¿Lo estoy haciendo bien? Nadie nace con un manual
de instrucciones sobre la vida bajo el brazo; improvisamos. O eso creemos. ¿Y
si estamos predestinados a unas acciones? ¿Y si tenemos unas opciones
limitadas? ¿Y si todo está diseñado para terminar en la misma meta, por qué
esforzarnos por adrezar el camino? Hay tantas cosas que no entiendo... Hay
tantas que prefiero ignorar...
Dicen,
que el comportamiento de las personas está determinado por sus acciones y
experciencias pasadas. Dicen que el pasado marca nuestro futuro. Dicen, que
todo pasa por alguna razón. Algunos, hablan de karma. De un equilibrio
universal que lo regula todo, que mantiene un orden divino. Pero entonces
pienso... ¿cómo es posible entonces que algunos tengan tanto, y otros tan poco?
¿Cómo es posible que sólo un mínimo porcentaje de la población mundial alcance
eso llamado "felicidad"? Ésta, es efímera. Como un suspiro. Como un
parpadeo. Pero miro a mi alrededor, y no hay más que personas afirmando su
felicidad en el estado de plenitud absoluta. Y sólo hay dos opciones; que
mientan, y sean unos desgraciados embusteros, o que digan la verdad, y la
desgraciada sea yo. Claro que de vez en cuando el día a día nos da un respiro,
nos deja tomar aire, sonreír un rato, creer que todo el mal ha pasado. Pero no
es más que una ilusión. Claro que lo es. Porque... cuando despiertes al día
siguiente, o sueltes la mano de esa persona que sostiene tu mundo, o la vida de
alguien a quien amas, se apague como una vela consumida... entonces, te das
cuenta de que todo ha sido mentira. Que sigues aquí, Que no te vas a librar tan
fácilmente. Que te jodes, y sigues luchando. Porque rendirse no es una opción,
aunque vayamos todos a parar al mismo sitio. Supongo que la gracia del asunto
está en perseguir aquello que adrece nuestros días, y les dé brillo cuando se
suman en la oscuridad. Supongo que en eso consiste vivir... Supongo...