Te escribo a medio camino entre lejos y cerca. Y acudo al
papel, porque tus brazos están en algún lugar perdido del limbo entre
"aquí", y "allí". Se acerca la hora de cenar, y no estás tú
para obligarme a tomar postre, ignorando mi intento de zafarme del cuarto de
manzana que sostienes ante mi boca y que intentas hacerme comer. Como si fuera
una niña pequeña. Como si tuvieras que cuidarme siempre. Y pronto, será la hora
de dormir, y no estarás tú a mi lado asegurándote de que no me falta un trocito
de manta, aunque tengas que prescindir tú de ella. Ni tampoco estarás por la
mañana, cuando despierte.. Para darme el primer beso del día, y acto seguido
apagar el despertador y dejarme disfrutar una hora más en la calidez de tus brazos.
Ni me acompañarás a buscar el autobús, adaptando tu paso al mío, aunque luego
por ello tengas que correr para llegar a tiempo a la Universidad. Ni me
esperarás apoyado contra la puerta del coche, ni yo me abalanzaré sobre ti,
como si hiciera siglos que no nos vemos. Ni tu voz romperá los silencios..
-Enana..
-Peluche..
-Ojazos..
-Ojillos..
-Fea
-Idiota!!
-Culo gordo!
-Gilipollas!!
-Enana..
-..peluche