Lo que escribimos es lo único que quedará de nosotros.

martes, 30 de septiembre de 2014

Cerca. Lejos.

Te escribo a medio camino entre lejos y cerca. Y acudo al papel, porque tus brazos están en algún lugar perdido del limbo entre "aquí", y "allí". Se acerca la hora de cenar, y no estás tú para obligarme a tomar postre, ignorando mi intento de zafarme del cuarto de manzana que sostienes ante mi boca y que intentas hacerme comer. Como si fuera una niña pequeña. Como si tuvieras que cuidarme siempre. Y pronto, será la hora de dormir, y no estarás tú a mi lado asegurándote de que no me falta un trocito de manta, aunque tengas que prescindir tú de ella. Ni tampoco estarás por la mañana, cuando despierte.. Para darme el primer beso del día, y acto seguido apagar el despertador y dejarme disfrutar una hora más en la calidez de tus brazos. Ni me acompañarás a buscar el autobús, adaptando tu paso al mío, aunque luego por ello tengas que correr para llegar a tiempo a la Universidad. Ni me esperarás apoyado contra la puerta del coche, ni yo me abalanzaré sobre ti, como si hiciera siglos que no nos vemos. Ni tu voz romperá los silencios..
-Enana..
-Peluche..
-Ojazos..
-Ojillos..
-Fea
-Idiota!!
-Culo gordo!
-Gilipollas!!
-Enana..
-..peluche


..ni sonreiré como una boba cuando camine de tu mano por la calle. Pero estás. En algún lugar a medio camino entre cerca, y lejos.. Estás. Y yo me muero por estar allí contigo.



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